Las vacunas ayudan a las defensas naturales del bebé a desarrollar la inmunidad contra enfermedades como difteria, sarampión, enfermedad neumocócica, tosferina, poliomielitis, varicela, rubéola, entre otras. Sin embargo, las vacunas que los bebés reciben pueden empezar a perder su eficacia durante su crecimiento, a la vez que, pueden entrar en contacto con distintas enfermedades.
Los niños necesitan protección adicional antes de que aumente el riesgo a exposición a enfermedades infecciosas en la escuela, debido al contacto cercano que pueden tener con compañeros. Enfermedades como sarampión, varicela, entre otras, son muy contagiosas, por eso es recomendable que estén protegidos.
Sin embargo, la pandemia por la COVID-19 ha ocasionado que en los cuatro primeros meses de 2020 se haya presentado una disminución del número de niños que han completado las tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3), informa la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF.
Debido a la pandemia se cancelaron o corren el riesgo de cancelarse al menos 30 campañas de vacunación contra el sarampión, de acuerdo con la encuesta realizada por la UNICEF, la OMS y Gavi, en colaboración con los Centros de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, el Instituto de Vacunas Sabin y la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
Sin embargo, las vacunas deben seguir aplicándose ya que son una herramienta vital porque además de proteger a la persona que la recibe, protege a quienes la rodean.
Por ello es importante que tengas en cuenta que a medida que la protección de las vacunas de la niñez se debilita, los adolescentes necesitan refuerzos para extender la protección contra enfermedades, tales como la vacuna contra la influenza. En la preadolescencia se recomienda aplicar la vacuna contra el VPH.
Antes y durante el embarazo, es importante mantener la vacunación. Apegarse al calendario de vacunación antes y durante esta etapa permite que la mujer puede pasarle protección a su bebé contra algunas enfermedades, como la influenza y la tosferina, durante los primeros meses después del nacimiento. Hable con su médico para saber qué vacunas son recomendables para ti.
Los adultos pueden necesitar otras vacunas según la edad, las afecciones, el trabajo, el estilo de vida o los hábitos de viaje. Además, la protección de las vacunas que recibió cuando era niño puede desaparecer con el tiempo.
La vacunación ha mostrado ser la estrategia más útil para prevenir muertes por enfermedades infecciosas en todo el mundo, hacerlo a tiempo proporciona protección oportuna contra cada una de las enfermedades y sus complicaciones.