Este confinamiento por la pandemia de la COVID-19 ha sacado lo peor y lo mejor de nosotros y es interesante revisarnos para reconocer las repeticiones en la conducta y a través de ellas, encontrar la punta del hilo para localizar los conflictos emocionales que aún tenemos por resolver.
El cerebro se comporta de forma diferente cuando vivimos una época de crisis a cuando se siente seguro. Se pone en modo alerta, como si viviera un gran peligro, aunque estés en tu casa tranquilo, señalan especialistas del Instituto Ángeles Wolder.
Es en este momento que aparecen reacciones automáticas y estereotipadas que se repiten una y otra vez y que dominan nuestro comportamiento. El miedo nos conduce a realizar conductas poco ajustadas y hasta ilógicas, aunque lo que hagamos nos parezca normal.
No sabemos de dónde viene ese comportamiento, pero una fuerza oculta nos hace actuar como no esperábamos hacerlo nunca. Son los denominados patrones mentales reactivos, que se ponen en marcha cuando estamos ante un peligro. Hoy podemos decir que crisis es igual a oportunidad.
¿Cuál fue la reacción automática que te gobernó cuando te tuviste que confinar? Puede que continúe la misma pauta o que hayas cambiado a otra. Veamos algunas:
- ¿Compras como si se acabara el mundo?
- ¿Limpias como si todo estuviera infectado?
- ¿No te pierdes ni una clase de Yoga o de zumba?
- ¿Te pasas el día quejándote internamente por todo?
- ¿Llamas a los amigos que hace más de 10 años que no veías?
- ¿Rebota el eco del silencio y la soledad en tu cabeza?
- ¿No tienes tiempo libre?
- ¿Te es imposible cambiar el chip del rol de empleado a lo personal?
- ¿Gritas y discutes más que nunca?
- ¿Tu ego te recuerda una y otra vez que eres el que peor lo está pasando?
- ¿Buscas cualquier excusa para saltarte el confinamiento?
- ¿Quieres ayudar a todos aunque no te lo pidan?
La invitación es a no juzgarse ni juzgar a otros sino aprender de esta experiencia. El cuerpo no engaña, la cabeza sí, señalan.
Tu conducta de hoy está influenciada por tu pasado doloroso que en situaciones de estrés o momentos límites se despiertan y sacan la mera repetición. Al tener miedo no podemos pensar y no somos creativos, sino reactivos.
Vamos a ver algunas reacciones con sus conflictos:
- Acumular víveres: Acumular te da sensación de seguridad, pero es una falsa seguridad porque la mentalidad sigue siendo de pobreza. En contextos inciertos, la compra ofrece sensación de control de ahí que algunas personas cuando sienten angustia compran y se vuelven adictos a la compra.
- Máxima desinfección: Si sigues rigurosamente todas las recomendaciones contra el virus más allá de las indicaciones de la OMS, desinfectas todo y saltas de miedo cuando ves a alguien que consideras potencial transmisor estás viviendo un grandísimo miedo a la enfermedad. Miedo a que el cuerpo no tolere si se enferma, a no tener un tratamiento para sanar.
- Moverse a todas horas ¿Eres de los que hace ejercicio o yoga mañana, tarde y noche? Y lo más triste es que aun así te sientes atado/a, inmovilizado/a, atrapado sin salida, es decir, que las paredes de la casa se te vienen encima. Necesitas moverte y salir y las medidas te lo impiden.
- Reclamaciones y quejas ¿Te has plantado en la queja? ¿Todo te molesta y eres de los que pasan el día diciendo lo mal que lo hace todo el mundo? ¿Todo da para un lamento? La queja tiene la ventaja de que hace que la persona se libere de la rabia e impotencia que siente, pero sin hacer nada constructivo.