A corto plazo, la obesidad puede afectar la salud y las emociones de un niño. A medida que crecen, la obesidad puede causar una vida con diabetes o enfermedad cardiaca. Hacer frente a la epidemia de la obesidad infantil es una tarea que debe hacerse en colaboración con las familias, comunidades, escuelas y proveedores de atención médica.
Los niños con sobrepeso pueden tener síntomas “silenciosos” de depresión y pueden ser objeto de burlas y acoso o “bullying”. Este estrés puede ser algo que llevan consigo en su vida cotidiana.
De acuerdo con UNICEF, en México, el 5% de los niños de 0-4 años tiene sobrepeso y obesidad. Igualmente, este padecimiento afecta a 1 de cada 3 niños de 6 a 11 años y dentro de los niños y adolescentes de 5 a 19 años (2016) el 35% presentó sobrepeso y obesidad, mientras que el 2% estaba delgado o muy delgado.
La obesidad infantil en México es una crisis de salud pública que requiere cambios inmediatos. El país es el mayor consumidor en América Latina de productos ultra procesados, incluyendo las bebidas azucaradas.
En Mass General Hospital for Children (MGHfC), el programa los primeros 1000 días apoya a las mujeres y sus parejas desde el embarazo temprano hasta el segundo año de un niño. El programa ayuda a conectar a las familias con los recursos necesarios para obtener alimentos y vivienda y ofrece asesoramiento en salud para apoyar los cambios de comportamiento y promover un manejo de peso saludable para padres e hijos, desde el nacimiento.
Los niños de 6 a 12 años deben dormir de 9 a 11 horas por noche
Cuando el cuerpo duerme lo suficiente, el cerebro ayuda a controlar el hambre y a alcanzar un peso saludable. Un sueño de mejor calidad y más prolongado también se asocia con un mejor rendimiento escolar.
Lo que pueden hacer los padres:
- Establecer una rutina para acostarse. A muchos padres les gustan la siguiente rutina: baño, libro y luego cama.
• Usar la misma rutina todas las noches.
• Apagar todos los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarse para que la transición sea más fácil. Mantener los televisores y otros dispositivos electrónicos con pantalla fuera de la habitación de los niños.
• Hacer de la habitación un lugar confortable. Use una luz nocturna, si es necesario, cortinas oscuras y mantenga la habitación fresca y silenciosa. Las mantas acogedoras, almohadas, así como la música suave, pueden ayudar.
• No dar bebidas con cafeína o azucaradas a su hijo, ya que pueden interferir con el sueño.
Los niños necesitan al menos una hora de actividad física moderada a vigorosa todos los días
Estar activo es importante porque mantiene los corazones de los niños sanos y ayuda a controlar el peso. Todo lo que hace que los niños se muevan, respiren intensamente y su corazón se acelere, cuenta.
A corto plazo, la obesidad puede afectar la salud y las emociones de un niño.
Lo que pueden hacer los padres:
- Limitar la televisión y el tiempo de exposición a la pantalla (incluidas tabletas, teléfonos, videojuegos, etc.). Los médicos recomiendan no más de dos horas por día, sin incluir el tiempo dedicado al uso de pantallas para el trabajo escolar.
• Hablar con sus hijos sobre lo que les gusta hacer y buscar equipos deportivos, baile o clases de ejercicio, identificar formas de hacer ejercicio en casa, intentar caminar en su vecindario o aplicaciones y videos con programas de actividad física para niños.
• 60 minutos al día puede parecer bastante, ayude a su hijo a alcanzar la meta. No es necesario hacerlo todo en un mismo momento. Puede ir sumando el tiempo que el niño está activo durante todo el día.
Los niños deben evitar las bebidas azucaradas. Tomar agua con las comidas y cuando tenga sed es lo mejor para todos
De acuerdo con UNICEF, en México, las tasas más altas del consumo de estas bebidas se encuentran entre los niños en edad preescolar que comen alrededor del 40% de sus calorías de esta manera; un tercio de los niños y adolescentes mexicanos tienen sobrepeso u obesidad.
Lo que los padres pueden hacer:
- Ofrecer agua o leche baja en grasa con las comidas y aperitivos. Comience estableciendo ciertos días solo para agua o leche baja en grasa con las comidas. Luego, se puede ir aumentando la cantidad de días por semana.
• Dejar que su hijo elija una botella de agua divertida y reutilizable para llevar a la escuela, practicar deportes, etc. – llevándola a todos lados.
• Ser un ejemplo a seguir en cuanto a la salud y evitar bebidas azucaradas también.
• Hacer que la ingesta de agua sea divertida agregando color y textura a una jarra o vaso con pajitas, hielo, rodajas de limón o naranja.
• Hablar con sus hijos sobre las elecciones que hacen durante y después de la escuela.
Averigüe qué tipos de bebidas están disponibles en la cafetería y en las máquinas escolares.