Los pacientes con COVID-19 corren riesgo de presentar complicaciones neurológicas, incluida una encefalitis o inflamación del cerebro. “Se han documentado casos de encefalitis entre los pacientes con COVID-19, a pesar de que, en general, parece ser una complicación relativamente rara”, comenta el Dr. Michel Toledano, neurólogo de Mayo Clinic.
En el caso de la encefalitis provocada por enfermedades contagiosas contra las que existe una vacuna, la mejor manera de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación.
“Es importante que el público sepa que, ahora, la COVID-19 es una enfermedad que puede prevenirse con una vacuna y que la mejor manera de evitar el desarrollo de posibles complicaciones neurológicas por la COVID-19 es nunca contraer el virus”, señala el Dr. Toledano.
La encefalitis afecta anualmente a casi medio millón de personas de todas las edades y de cualquier parte del mundo, según informó la Sociedad para Encefalitis. La inflamación puede ser producto de una infección que invade el cerebro, pero también puede originarse en el ataque equivocado del sistema inmunitario al cerebro y, en ese caso, se conoce como encefalitis autoinmunitaria. A veces, el ataque inmunitario se produce por una infección en el cuerpo, aunque esta no invada el cerebro.
Los síntomas de la encefalitis evolucionan durante el transcurso de días o semanas e incluyen fiebre, confusión, dolor de cabeza, vómito, debilidad y convulsiones.
“Es una afección muy grave, porque la encefalitis puede llevar al coma y a la muerte. Por ello, es fundamental diagnosticarla pronto e iniciar oportunamente el tratamiento a fin de obtener mejores resultados neurológicos. También es importante diagnosticar la causa exacta de la encefalitis del paciente porque los tratamientos varían, según se trate de una infección subyacente o de una reacción provocada por el sistema inmunitario”, explica el Dr. Sebastián López, neurólogo de Mayo Clinic.
Pese a avances considerables, la encefalitis todavía se relaciona con mortalidad elevada. Las personas que se recuperan de la enfermedad inicial pueden presentar cansancio, parálisis, alteraciones del habla, cambios de personalidad y problemas con la memoria que continúan durante meses o se vuelven permanentes.
“El proceso de recuperación puede ser muy problemático para quienes batallan con los efectos residuales de una enfermedad que ni familiares ni amigos suelen comprender”, afirma la Dra. Marie Grill, neuróloga de Mayo Clinic.
En el 2006, se creó la clínica para neurología autoinmunitaria que se especializa en el diagnóstico y el tratamiento de la encefalitis y fue la primera de este tipo en el país. El Laboratorio para Neuroinmunología Clínica en Mayo Clinic anualmente examina la presencia de anticuerpos dirigidos contra el sistema nervioso en más de 150,000 pacientes.