De acuerdo con la Secretaría de Salud, el 16% de la población de entre 3 y 12 años, presenta algún tipo de trastorno mental o de la conducta, es decir, alrededor de cinco millones de niños, de los cuales por lo menos la mitad requiere de atención especializada.
Los episodios depresivos, de ansiedad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) son considerados como un problema de salud pública, por lo que es importante fomentar un sano desarrollo social, emocional y neurológico de los infantes, refirió la Dra. Jacqueline Cortés Morelos, presidenta electa de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM).
La doctora Cortés señaló que muchos de los padecimientos de salud mental inician en la niñez, lo que ocasiona una pérdida de la funcionalidad del infante y comentó que en 2020, los niños se vieron seriamente afectados porque necesitan correr, jugar, relacionarse con otros niños y en el caso de los pequeños con TDAH es muy difícil mantener la atención en las clases virtuales a través de un celular o una tableta.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia, con una heredabilidad de hasta el 74%, y se caracteriza por la presencia de conductas relacionadas con falta de atención, aumento de la actividad motora e impulsividad, las cuales se pueden manifestar a través de errores frecuentes en actividades escolares por omitir detalles o no concluirlas, desorganización, perdida de objetos de uso cotidiano, moverse constantemente con dificultad para mantenerse en calma, precipitarse a responder o actuar antes de que se dé la instrucción completa, entre otras, explica la Dra. Gabriela Cortés Meda, presidenta de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil (AMPI).
Se estima que la prevalencia mundial del TDAH en niñas, niños y adolescentes es de aproximadamente el 5%; En México no hay cifras concretas a nivel nacional.
Es importante que los padres y/o familiares identifiquen estas conductas y acudan con un especialista en problemas de salud mental o enfermedades neurologicas como son los psiquiatras, paidopsiquiatras (especializados en niños y adolescentes) y neurólogos o neurólogos pediatras, para que evalúen y ayuden a llegar a un diagnóstico e inició del tratamiento adecuado, tanto farmacológico, como no farmacológico, de acuerdo con las necesidades de cada pequeño y sus familias.
Entre las consecuencias más severas del diagnóstico tardío de TDAH y el retraso en el inicio de la atención integral especializada, se encuentra el uso de sustancias tanto en la adolescencia como en la edad adulta; la evidencia indica que del 15% al 19% de las personas con esta conducta tienen TDAH, por lo que la identificación y tratamiento oportuno pueden cambiar el futuro de estos pequeños, comentó la especialista.
Actualmente una de las terapias farmacológicas más eficaces para el TDAH es el metilfenidato, que es un neuroestimulante con alto grado de seguridad que está indicado para los pacientes pediátricos y que reduce la hiperactividad e impulsividad, mejora la concentración y la conducta y con ello, la calidad de vida del pequeño y su familia.
Es un medicamento de primera línea para el TDAH por su alta eficacia y tolerabilidad que ayuda en trastornos de la conducta y en episodios de distracción moderada a severa, periodos de atención reducida, hiperactividad, inestabilidad emocional e impulsividad, siempre bajo supervisión médica.
Epilepsia infantil afecta al 2% de los niños
El neurólogo pediatra Dr. Eduardo Barragán Pérez, jefe del Departamento de Neurología Pediátrica en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, precisa que la epilepsia infantil es una enfermedad que afecta el sistema nervioso central y se origina por una actividad anormal a nivel cerebral que provoca movimientos involuntarios o desconexiones que pueden afectar los procesos del neurodesarrollo en los pequeños y cuya prevalencia a nivel mundial es del 2% de la población infantil.
Entre sus causas probables está la relación con enfermedades infecciosas durante el embarazo o bien con bebés prematuros que presentaron problemas durante el parto. También existe una propensión tres veces mayor de padecerla cuando hay antecedentes familiares, alteraciones metabólicas o problemas en la formación del cerebro.
De acuerdo con el especialista, los padres pueden identificar fácilmente este tipo de movimientos involuntarios intermitentes, ya que ocurren de manera súbita y suelen tener una duración aproximada de 3 a 5 minutos, mismos que pueden afectar cualquier parte del cuerpo con movimientos rítmicos en una o en las cuatro extremidades.
Otras manifestaciones se caracterizan por una desconexión del medio que puede durar sólo unos segundos o por movimientos nocturnos que tienen la capacidad de despertar al paciente y en ocasiones pueden provocar lesión por mordedura en la lengua. Estos episodios pueden estar acompañados por un periodo post crisis en el cual el paciente puede quedarse dormido por algunos minutos, precisó el especialista.
Una de las terapias antiepilépticas con mayor perfil de seguridad y eficacia es el Levetiracetam, ya que no cuenta con efectos secundarios sobre el hígado o riñones, además de tener un mínimo impacto sobre la función cognoscitiva, lo que favorece el tratamiento de 3 tipos epilepsia: crisis de inicio parcial, crisis tónico-clónicas y crisis mioclónicas, cada una en diferentes etapas de la vida.
El Dr. Barragán Pérez destacó la importancia del reconocimiento temprano de estas manifestaciones y llevar un seguimiento multidisciplinario (tratamiento farmacológico más terapia cognitivo conductual), ya que se ha comprobado que los resultados favorables son más rápidos de apreciar y tienen mayor durabilidad.
También es importante inferir en una psicoeducación dirigida a los padres, maestros y al entorno familiar y social en general para crear una propuesta de trabajo colectiva que ayude a tener un apego efectivo a tratamiento y así mejorar la calidad de vida de los menores.
Finalmente, el Dr. Julio Morfin, director médico de Ifa Celtics, señaló que ante cualquier alteración de conducta o movimiento involuntario en los niños, sus padres o familiares deben acudir con un especialista para que haga un diagnóstico oportuno y recomiende un tratamiento integral, ya que ello ayudará a que tengamos niños sanos y felices.
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