El tabaquismo no solo es un problema de salud pública en México, donde mata al año a 63, 200 mil personas cada año, sino también para las finanzas públicas. El costo directo atribuido a enfermedades relacionados con el tabaquismo es de 116 mil millones de pesos anuales, padecimientos como cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y afecciones cardiovasculares.
El número de fumadores alcanzó un nuevo récord a nivel mundial en 2019, con más de 1,140 millones de fumadores, de acuerdo con datos del Estudio de la Carga Mundial Enfermedades (GBD), publicado en The Lancet.
En tiempos de COVID-19, donde el tabaquismo es la cuarta comorbilidad principal, aumentar los impuestos es una decisión pública de vital importancia para disminuir el déficit fiscal y mejorar las expectativas de vida de millones de personas y de ahorrarse 116, 150 millones que se gastan en atención médica y tratamientos en centros de salud y hospitales.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco 2021el Mtro. Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx, dijo en conferencia virtual: “Presentamos la XVI Evaluación de la Sociedad Civil sobre Políticas Públicas para el Control del Tabaco, un ejercicio ininterrumpido desde que entró en vigor en 2005 el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Esto ha sido mérito de decenas de especialistas, investigadores y activistas, quienes han puesto en perspectiva los avances y pendientes en nuestro país”.
El Maestro Antonio apuntó que los artículos se centran este año en tres temas: el tratamiento de la adicción a la nicotina, que es el tema central del Día Mundial sin Tabaco 2021; el proceso de incidencia en la Cámara de Diputados, que aprobó una reforma a la Ley General para el Control del Tabaco, que la sitúa en media sanción; así como reflexiones puntuales sobre las políticas públicas, como los impuestos.
La Dra. Luz Myriam Reynales, economista especialista en políticas para el control del tabaco comentó que el incremento de los pecios es una herramienta para promover la cesación y reducir las desigualdades asociadas a la epidemia del tabaquismo.
“El Convenio Marco para el Control del Tabaco promovido por la Organización Mundial de la Salud incluye en su plan de medidas la oferta de cesación”, señaló la Mtra. Leonor García Gómez, integrante del Comité Interinstitucional para la Lucha contra el Tabaco, quien recordó que la estrategia más eficaz para ayudar a las personas a dejar de fumar es aplicar la combinación de fármacos y psicoterapia; sin embargo, no todas las personas tienen acceso a estos apoyos.
A pesar de que los medicamentos de primera línea para dejar de fumar se encuentran en el Catálogo de Medicamentos 2017, no están disponibles de manera consistente en los centros de salud. Por ello, “Hacemos un llamado a la acción para garantizar que los tratamientos comprobados para dejar de fumar lleguen a las personas que los necesitan”, concluyó.
Sobre el tema de Nicotina y su administración: los retos terapéuticos para la salud de los mexicanos, la Dra. Angélica Ocampo, presidenta del Colegio de Especialistas en Prevención y Atención de las Adicciones dijo que “… consumir nicotina, no se relaciona solamente con el consumo de cigarrillos tradicionales, sino también con todas las formas y presentaciones que existen en el mercado. La industria tabacalera refuerza en los consumidores la idea equívoca de que el cambiar la forma de administración de nicotina los va a salvar de los daños a la salud que provoca, añadió.
Ruth Elena Cuervo Díaz, alumna de la Facultad de Medicina de la UNAM, aseveró que tales redes sociales influyeron para que aumentara el uso de esos productos. “Debido a la pandemia de COVID-19 la industria tabacalera promueve sus productos a través de un “clic” de distancia buscando llegar a adolescentes y jóvenes y violando las restricciones existen al respecto” sostuvo.
“Las políticas públicas sobre control del tabaco deben incluir el establecimiento de una estructura nacional de servicios de cesación, que abarque la impartición del consejo de impacto para dejar de fumar en el primer nivel de atención en salud, la habilitación de servicios de apoyo al tratamiento del tabaquismo y el fortalecimiento de las clínicas especializadas, procurando su descentralización”, apuntó Juan Núñez Guadarrama, coordinador de la Coalición México Salud-Hable, quien resaltó la importancia de que actores externos al control del tabaco promuevan también tales servicios y se refuerce el papel de las organizaciones sociales, “… el problema no debe ser afrontado solamente por las dependencias gubernamentales, sino también por la ciudadanía”. En nuestro país, casi ocho de cada diez personas desean dejar de fumar y deben ser apoyadas, añadió.
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