minientrada Convulsiones asociadas a COVID-19 pueden ser comunes y tener mayor riesgo de muerte

El COVID-19 puede tener efectos perjudiciales en múltiples órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de Massachusetts General Hospital y del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) indica que algunos pacientes hospitalizados con el COVID-19 experimentan crisis no convulsivas, lo que puede significar un mayor riesgo de muerte. Los resultados se publican en la revista Annals of Neurology.

“Las convulsiones son una complicación muy común de las enfermedades críticas graves. La mayoría de estas convulsiones no son evidentes: A diferencia de las crisis que hacen que una persona se caiga y tiemble o tenga una convulsión, las crisis en los pacientes en estado crítico suelen ser no convulsivas”, explica el coautor M. Brandon Westover, MD, PhD, investigador del Departamento de Neurología de Mass General y director de Ciencia de Datos del Centro McCance para la Salud Cerebral de Mass General.

“Cada vez existen más pruebas de que las crisis no convulsivas pueden dañar el cerebro y empeorar los resultados, de forma similar a las convulsiones”.

Westover señala que solo ha habido unos pocos informes de crisis en pacientes con enfermedad grave por el COVID-19, y hasta ahora no estaba claro si tales crisis se producen principalmente en pacientes que ya tienen un trastorno convulsivo o si pueden surgir por primera vez a causa del COVID-19. También se desconocían los efectos de dichas crisis en la salud de los pacientes.

Para obtener información, Westover y sus colegas analizaron la información médica de 197 pacientes hospitalizados con el COVID-19 que se sometieron a una monitorización de electroencefalograma (EEG)—pruebas que detectan la actividad eléctrica del cerebro mediante pequeños discos metálicos fijados al cuero cabelludo—por diversos motivos en nueve instituciones de Norteamérica y Europa.

Las pruebas de EEG detectaron crisis no convulsivas en el 9.6% de los pacientes, algunos de los cuales no tenían problemas neurológicos previos. Los pacientes que tenían crisis debieron ser hospitalizados durante más tiempo y tuvieron cuatro veces más probabilidades de morir durante su estadía en el hospital que los pacientes sin crisis, lo que indica que las complicaciones neurológicas pueden contribuir de forma importante a la morbilidad y mortalidad asociadas al COVID-19.

“Descubrimos que las crisis pueden producirse en pacientes con enfermedad crítica por el COVID-19, incluso en aquellos que no tienen antecedentes neurológicos, y que se asocian a peores resultados: tasas más altas de muerte y estadías hospitalarias más largas, incluso después de ajustar otros factores”, dice el coautor principal Mouhsin Shafi, MD, PhD, investigador del Departamento de Neurología del BIDMC, director médico del laboratorio de EEG del BIDMC y director del Centro Berenson-Allen de Estimulación Cerebral No Invasiva.

“Nuestros resultados sugieren que los pacientes con el COVID-19 deben ser vigilados de cerca para detectar crisis no convulsivas. Los tratamientos están disponibles y se justifican en los pacientes de alto riesgo; sin embargo, se necesita más investigación para aclarar qué tan agresivamente tratar las crisis en el COVID-1””.

Westover es profesor asociado de Neurología en la Facultad de Medicina de Harvard (HMS) y Shafi es profesor asistente de Neurología en HMS.

Este trabajo fue apoyado por los Institutos Nacionales de Salud, el Estudio de Salud de los Jugadores de Fútbol de la Universidad de Harvard, la Fundación Glenn para la Investigación Médica y la Federación Americana para la Investigación del Envejecimiento, la Academia Americana de Medicina del Sueño, el Departamento de Defensa y la Beca Eleanor y Miles Shore.

Fotos: Pixabay

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