La pandemia por COVID-19 visibilizó la crisis de salud mental que se vive a nivel mundial, evidenciando el incremento de personas que necesitan ayuda en sus actividades diarias. En el marco del Día Mundial del Cuidador, la invitación es a voltear a ver a un grupo de personas que muchas veces pasa desapercibido y a quien es necesario reconocer por la labor que llevan a cabo.
Un grupo en especial que necesita de personas que lo apoyen, cuide y motive es el de los pacientes que padecen una enfermedad que afecta a su salud mental. En México, cerca del 36% de la población urbana en edad productiva tiene o tendrá un padecimiento de este tipo y de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el ausentismo laboral asociado a aspectos psicológicos representa una pérdida de 23.80% en la productividad de los empleados que viven con una enfermedad de esta categoría.
“Las enfermedades mentales forman parte de la vida de muchos mexicanos, sin importar edad o estrato social y durante mucho tiempo el tener un padecimiento de este tipo iba ligado a estigmas o desinformación, dejando a los afectados sin tratamiento y sin el cuidado que necesitan”, comenta el Dr. Raúl Iván Escamilla, psiquiatra especialista en depresión mayor y esquizofrenia, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) y de la Sociedad Internacional de Investigación en Esquizofrenia.
En este contexto la figura del cuidador, muchas veces poco valorada, se vuelve vital en la vida de una persona dependiente. Son individuos empáticos que se preocupan por los demás, que viven para cuidar y ayudar a quienes lo necesitan. En la mayoría de los casos, el rol es desempeñado por un familiar directo que se hace responsable por el cuidado físico o emocional de la persona enferma o incapacitada, mientras se encarga de sí mismo o de otros miembros de su familia.
Al igual que cualquier otro trabajo, el cuidador también necesita que los cuiden porque puede llegar a abrumarse y puede, a la larga, sufrir problemas económicos, sociales, familiares e incluso mentales porque dedican hasta 16 horas del día al cuidado de otra persona generalmente sin recibir un ingreso por esta labor.
“Atender, acompañar y motivar a un paciente requiere de mucho esfuerzo, tanto que en ocasiones puede llegar a ser desgastante. Es importante atender a las personas que dedican sus días a velar por otros, para evitar que lleguen al síndrome de sobrecarga o burn out, el cual puede poner en riesgo su propia salud y que se manifiesta en alteraciones del estado de ánimo y en problemas de salud, tanto física como mental”, dijo Dr. Santos Rafael Atilano, médico psiquiatra y Medical Manager de Janssen Sistema Nervioso Central, compañía farmacéutica de Johnson & Johnson, que ha lanzado al mercado diversos tratamientos innovadores para que personas con esquizofrenia y depresión puedan tener la oportunidad de controlar estos padecimientos y tener una mejor calidad de vida.
Frente al panorama mundial actual, es primordial que los cuidadores se ocupen de ellos mismos, manteniendo sus hábitos diarios y tomando tiempo para realizar actividades que los incentiven para seguir adelante y seguir atendiendo a quienes lo necesitan. Es importante recordar que detrás de cada reto, sonrisa o recuperación total de un paciente, hay un cuidador.