A escala mundial, se estima que el 50% de los niños que ha perdido la vista a causa de la retinopatía del prematuro (ROP) viven en América Latina. Esto demuestra una urgente necesidad de tener, en México y otros países de la región, una estrategia efectiva de atención oftalmológica en la que los médicos de unidades neonatales realicen un tamizaje oftalmológico como parte de los estudios clínicos de los neonatos, principalmente de los prematuros.
La ROP es una enfermedad que provoca que los vasos sanguíneos crezcan de manera anormal y al azar, lo cual puede terminar en que la retina se desprenda del ojo y con ello, producir ceguera. En los últimos años, los avances médicos han permitido la sobrevida de pequeños cada vez más prematuros, pero a pesar de eso se ha detectado un incremento en el número de casos con formas severas de ROP que pueden terminar en ceguera.
Si bien se desconoce con precisión la causa que la produce, sí se sabe que los vasos sanguíneos se desarrollan desde el centro de la retina del bebé a las 16 semanas de gestación luego se ramifican hacia afuera y alcanzan los bordes de la retina a los 8 meses del embarazo. En esta última fase, el crecimiento de los vasos de la retina puede alterarse, formando vasos anómalos que provocan filtraciones y hemorragias en los ojos.
Lo preocupante es que la ROP no presenta síntomas; de ahí la importancia de que los padres de bebés prematuros soliciten siempre a los profesionales de la salud un tamiz oftalmológico para detectar a tiempo cualquier enfermedad visual.
La Retinopatía del Prematuro (ROP), como su nombre lo indica, afecta a los bebés nacidos antes de la semana 31 de embarazo y que pesan aproximadamente 1,250 gramos o menos al nacer. Cuando la enfermedad logró progresar por la falta de diagnóstico oportuno, el bebé requiere de atención exclusiva de un médico especialista.
Generalmente, para los padres, buscar opciones de cuidado especializado para sus bebés prematuros resulta un recorrido agotador y lleno de preocupaciones. Algunos de los principales hospitales que cuentan con un área de cuidados neonatales son el Hospital de la Ceguera (APEC), el Hospital de Especialidades “Dr. Belisario Domínguez” de la Secretaría de Salud, el Instituto Nacional de Perinatología y el Hospital de Gineco-Pediatría del IMSS, entre otros.
Aunque la ROP puede detenerse o revertirse parcialmente, lo ideal es atenderla lo antes posible para una mayor proporción de recuperación de la vista, pues esperar, reduce la efectividad del tratamiento. Sin atención, la enfermedad suele avanzar hasta causar cicatrices que separan la retina del resto del ojo y esto sí es irreversible. Por ello, es fundamental contar con la revisión de un oftalmólogo especialista desde los primeros días y poder recibir un tratamiento que permita salvaguardar la vista de los pequeños.
Actualmente, la cirugía láser es el tratamiento estándar que destruye la parte del tejido del ojo, responsable de producir niveles elevados del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y se puede asociar con complicaciones significativas como miopía y miopía patológica. Si bien el láser es un tratamiento efectivo, existe una urgente necesidad de contar con opciones que traten la ROP sin destruir ningún tejido retiniano.
Por ello, Novartis México está re-imaginando la colaboración con la comunidad médica, en especial los oftalmólogos del país, para mejorar el conocimiento de estas enfermedades y así favorecer la detección y tratamiento tempranos en los bebés prematuros y beneficiar su calidad de vida.
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