El tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible a nivel mundial, pero sus efectos negativos también se trasladan a la economía. En México, fumar mata anualmente a 63,200 personas y cuesta más de 116 mil millones por año para la atención médica en hospitales y centros de salud de las patologías que provoca, incluyendo cánceres, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y afecciones cardiovasculares.
Los datos provienen de un estudio de modelado matemático realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) en conjunto con otras organizaciones como lo es Salud Justa Mx.
El consumo de tabaco causa muchos tipos de cáncer, incluso cáncer de pulmón, de laringe, de boca, esófago, garganta, vejiga, riñón, hígado, estómago, páncreas, colon y recto, y cérvix o cuello uterino, así como leucemia mieloide aguda. Las personas que usan tabaco sin humo (rapé o tabaco de mascar) tienen riesgos mayores de cánceres de boca, de esófago y de páncreas, el Instituto Nacional de Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, el impuesto al tabaco es la medida más costo-efectiva para reducir el tabaquismo, además de que el dinero recaudado podría destinarse al sector salud, el cual está colapsando después de la pandemia provocada por el COVID-19. En México se gastan más de 116 millones por año en la atención de las enfermedades relacionadas al consumo del tabaco, lo cual representa el 9.3% del total de gasto anual en salud”, señaló Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx.
Un aumento en el precio de los cigarros a través de impuestos de tan sólo un 50% podría llegar a evitar más de 49,357 muertes, 121,932 infartos, 12,298 nuevos cánceres y 55,418 accidentes cerebrovasculares (ACV) en un plazo de diez años.
Y aun así el precio de los cigarros continuaría siendo bajo para los estándares internacionales. Además, se podrían generar recursos por más de $300,000 millones, cifra derivada del ahorro en gastos sanitarios, costos de productividad laboral, costos de cuidadores y del aumento en la recaudación impositiva.
Erick Antonio Ochoa, añadió: “No será fácil recuperarnos de la crisis económica provocada por COVID-19, por tal motivo, es preciso considerar el impuesto al tabaco como una política que contribuiría a reducir el consumo de tabaco y con esto el cáncer en el país además de ayudarnos a recaudar más para contribuir a la recuperación del sistema de salud”, finalizó.