La psoriasis es un padecimiento de la piel, por lo tanto puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en el cuero cabelludo, codos y rodillas, en donde provoca inflamación y la aparición de escamas, enrojecimiento, picor y dolor. Es una enfermedad originada en el propio sistema de defensa del organismo (inmunológico) del paciente, y las causas pueden ser tanto hereditarias como medioambientales; suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también en niños y personas mayores.
“La psoriasis se clasifica de acuerdo con el índice de severidad del área afectada (PASI, por sus siglas en inglés) en las variantes leve, moderado y severo. En la actualidad, debido a los avances en la investigación se han desarrollado fármacos con una mayor eficacia que buscan que la piel de los pacientes quede libre de lesiones de forma completa o casi completa (PASI 100, PASI 90 respectivamente)”, señaló el doctor Omar Tomey, director médico de AbbVie México.
La evidencia científica ha demostrado que hasta el 88% de los pacientes en estadios moderados y graves podrían alcanzar una piel libre de lesiones (PASI 90-100).
A nivel mundial, la psoriasis afecta al dos por ciento de la población, mientras que, en México, ésta se encuentra dentro de las primeras 15 enfermedades de la piel más frecuentes con una prevalencia de 2.5 millones de personas, de las cuales entre el 25 y 30% cursan con un cuadro clínico de moderado a severo. Asimismo, dicho padecimiento se manifiesta tanto en hombres como en mujeres por igual, y suele presentarse, principalmente, entre los 20 y los 60 años.
Por su parte, la Dra. Liliana Godínez, dermatóloga especialista detalló: “la psoriasis es una afección de carácter autoinmune, crónica e inflamatoria que afecta la piel se caracteriza por la presencia de escamas en zonas inflamadas y enrojecidas que producen picor y comezón”.
Los síntomas más comunes de la psoriasis van desde la presencia de lesiones cutáneas que producen dolor, escozor y sangrado hasta un impacto negativo en el bienestar, debido a que surge una preocupación sobre la apariencia personal, -explicó la especialista- lo que genera estrés emocional, sentimientos de vergüenza, baja autoestima, estigmatización, exclusión social y dificultades laborales, que con frecuencia pueden provocar un gran impacto psicológico y asociarse a síntomas ansioso-depresivos.
Es relevante mencionar que es común que la psoriasis llegue a confundirse con otras enfermedades de la piel, en gran parte por sus características y manifestaciones, razón por la que se retrasa el diagnóstico, ocasionando un deterioro que se asocia con el progreso de la enfermedad, por ello, se estima que un tercio de los pacientes no reciben el control adecuado, mientras que el 40% sienten que los tratamientos son insatisfactorios y un 32% los considera insuficientes.
Inclusive, cifras apuntan que el tiempo de detección es largo, pues el 58% de los pacientes lograron después de un año un diagnóstico certero, afectando considerablemente su calidad de vida.
Ante dicha situación, la Dra. Esther Guevara Sanginés, especialista en dermatología, puntualizó: “el abordaje de la psoriasis incluye la implementación de tópicos, tópicos-sistémicos y tratamientos biológicos de alta especialidad, estos últimos, generalmente se utilizan en los casos moderados – severos, lo que ha propiciado una oportunidad para redefinir la atención apropiada de la enfermedad y elevar los estándares de atención para los pacientes.”
“Actualmente sólo una de cada tres personas con psoriasis recibe el control adecuado, y muchos pacientes continúan el tratamiento durante demasiado tiempo a pesar de no ser eficaz, no obtener respuesta esperada o no estar satisfechos con éste. Es importante que los pacientes conozcan su enfermedad para establecer objetivos de tratamiento mejor definidos y puedan trabajar en conjunto con los médicos especialistas para lograr el control total de la enfermedad”, añadió la especialista.
“Uno de nuestros objetivos es dedicarnos a la búsqueda y al desarrollo de soluciones innovadoras y eficaces que transformen la atención médica y aborden los desafíos actuales que enfrentan las personas que viven con enfermedades dermatológicas graves, como la psoriasis, y así contribuir a que los pacientes puedan vivir una vida libre de la carga tanto física como emocional que implica dicha afección”, concluyó el doctor Tomey.