Los cereales y sus derivados: una opción nutritiva y accesible ante el alza de precios en los alimentos

Existe la falsa creencia de que los productos más caros son mejores para la salud; sin embargo, el precio de los alimentos tiene poco que ver con su valor nutricional. En ese sentido, los cereales como el trigo, maíz, arroz, avena, amaranto, centeno y cebada son valiosos para el ser humano al ser una fuente importante de carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra -nutrientes fundamentales para el buen funcionamiento del cuerpo- al tiempo de ser accesibles al bolsillo familiar.

Incluir la variedad de alimentos elaborados con cereales en la dieta diaria, representa una decisión saludable al organismo y al bolsillo. Una sopa de pasta, un plato de arroz, tortillas, avena, barras o cereales de caja, bolillos o panes, nos aportan nutrientes básicos a un precio menor que otros grupos de alimentos, señaló Luis Cervera Mondragón, director del Instituto Latinoamericano de Cereales.

A pesar de que los cereales son un alimento esencial, organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud, reconocen que el déficit de consumo y producción de granos, particularmente de granos enteros, ha incrementado en los últimos años, lo que repercute directamente en su precio.

De acuerdo con datos del INEGI, hasta 2019 el aumento de precio de los granos para consumo humano y como forraje para ganado en México fue moderado. Aún después de la COVID-19, su consecuente inflación y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el precio de los cereales no se vio tan afectado en las economías del mundo, en comparación con el alza de precios de otros alimentos.

Cervera apuntó que adquirir productos de cereales representa un costo económico más elevado con relación a otros productos de la canasta básica al tiempo de aportar nutrientes indispensables como la fibra y carbohidratos complejos, propios de los granos, así como un porcentaje importante de las proteínas, vitaminas y minerales que requerimos. Además, por ley, todas las harinas de cereales con que se elaboran productos en México deben fortificarse con vitamina B1, B2, niacina, ácido fólico y hierro, para enriquecerlas.

 

Una dieta saludable y balanceada se logra al comer todos los grupos de alimentos. Los nutriólogos del Instituto Latinoamericano de Cereales recomiendan incluir de siete a doce porciones diarias de cereales,  de acuerdo  con  la edad y la actividad física.

La versatilidad de los cereales permite preparar platillos y colaciones sabrosas y nutritivas. Por ejemplo, pasta con verduras como plato principal; el pan con otros ingredientes para hacer emparedados, tortas o hamburguesas; galletas o barras de cereales como postre sustancioso o el maíz en tostadas, sopes, quesadillas o tacos.

Además, sus nutrientes nos mantienen saludables. Los carbohidratos son el combustible para algunas funciones del cerebro y el movimiento de los músculos; la fibra ayuda a que el sistema digestivo haga su tarea, a regular niveles de colesterol y a prevenir enfermedades como diabetes o afecciones cardiacas.

En resumen, aunque el alza en los precios alcanza a los cereales, su variedad, valor nutrimental y costo- beneficio, hacen de este grupo de alimentos una opción saludable, completa y accesible.

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