Octubre, Mes de la Sensibilización del Cáncer de Mama, es el momento propicio para promover la concientización, detección temprana y tratamiento oportuno de esta enfermedad que tiene la mayor prevalencia en mujeres en todo el mundo y se estima que cada 30 segundos en algún lugar del mundo se diagnostica un cáncer de mama, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.
En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en mujeres y es la segunda causa de mortalidad en mujeres entre 20 y 59 años, informa el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Este cáncer se origina a partir del crecimiento descontrolado e independiente de las células de las mamas que forman un tumor maligno. Puede invadir tejidos circundantes y también órganos distantes.
Sus causas son complejas ya que no hay una fuente única, por el contrario, es multifactorial y abarca desde componentes genéticos y hereditarios, hasta factores relacionados con el estilo de vida y el ambiente. Todas estas variables actúan en conjunto para modificar el riesgo de cáncer, ya sea para aumentarlo o disminuirlo.
Tanto organismos internacionales como asociaciones médicas y especialistas hacen énfasis en la prevención a través de minimizar prácticas y hábitos que incrementen el riesgo de padecer cáncer de mama, como:
- Seguir una alimentación balanceada
- Disminuir el consumo de azúcares y grasas
- Practicar ejercicio por lo menos 30 minutos al día
- Mantener un peso adecuado
- Evitar consumo el cigarro y el alcohol
- Realizar una autoexploración mamaria mensualmente a partir de los 20 años.
- Acudir a consultas médicas anuales y realizarse estudios diagnósticos como el ultrasonido mamario y, a partir de los 40 años, la mastografía.
El peso y cáncer de mama
Diversos estudios han demostrado la estrecha relación entre el exceso de peso con la aparición de enfermedades como diabetes, hipertensión y más de 13 tipos de cáncer dentro de los cuales se encuentra el cáncer de mama.
El cirujano bariatra José Antonio Castañeda, con experiencia de 20 años en el tratamiento de la obesidad, explica: “El tejido graso o adiposo produce cantidades aumentadas de estrógeno, y es sabido que concentraciones altas de esta hormona se han asociado con mayor riesgo de padecer cáncer de seno, de ovario, de endometrio, entre otros”.
Pero el problema es más profundo, ya que “las personas con obesidad presentan inflamación crónica de grado bajo, que termina causando daños al ADN que pueden generar que las células normales del seno se vuelvan cancerosas”, agrega el experto, quien ha realizado más de 15,000 procedimientos quirúrgicos laparoscópicos de pérdida de peso a pacientes con múltiples morbilidades asociadas.
Investigaciones han concluido que las mujeres que padecen un índice de masa corporal (IMC) elevado poseen un riesgo mayor de padecer cáncer de mama después de la menopausia, en comparación con aquellas mujeres con peso saludable.
Hallazgos sorprendentes
Un estudio llevado a cabo en Canadá y publicado en JAMA Surgery revela una sorprendente conexión entre la cirugía bariátrica para tratar la obesidad y la reducción del riesgo de desarrollar cáncer de mama. Los datos, que involucraron a más de 69,000 mujeres, indican que el riesgo de cáncer de mama aumenta en un 40% en aquellas mujeres que no se sometieron a cirugía bariátrica en comparación con las que sí la recibieron.
Es importante recordar que en México 7.5 de cada 10 adultos presenta sobrepeso u obesidad, por lo que este es un factor de particular importancia cuando se analiza la presencia de patologías como el cáncer de mama en el país.
“Sabemos que la obesidad es un factor de riesgo y está demostrado que tener una vida activa y mantener un peso saludable disminuye la incidencia de muchos cánceres. Esto nos deja claro que perder peso no es un tema estético sino de salud y los personas deben explorar las alternativas médicas que pueden usar para mejorar su estado físico y mejorar su calidad de vida”, concluye Castañeda.