El colangiocarcinoma o cáncer de vías biliares es la segunda neoplasia maligna más recurrente, superado solamente por el carcinoma hepatocelular, el cual corresponde al 80-85% de los cánceres de este órgano; en la mayoría de los casos son provocados por cirrosis.
De acuerdo con el Dr. Maen Abdelrahim, médico gastroenterólogo oncólogo del Hospital Houston Methodist,“la incidencia de estos cánceres puede variar y es del 50% para el colangiocarcinoma hiliar; del 20% en el caso del colangiocarcinoma intrahepático; y del 30% en el colangiocarcinoma extrahepático”.
El colangiocarcinoma o cáncer de vías biliares, es un tipo de neoplasia maligna de baja prevalencia, el cual en etapas tempranas no presenta ningún síntoma, pero en etapas avanzadas los síntomas principales son: ictericia (coloración amarillenta de la piel y las mucosas), prurito (hormigueo o irritación de la piel), pérdida de peso y colangitis (infección los conductos biliares).
“Los síntomas pueden ser inespecíficos o inexistentes. Respecto de los factores de riesgo del colangiocarcinoma, estos pueden variar. Cirrosis, infección por hepatitis B y C pueden ser un factor de riesgo, así como el reflujo hepático o biliar. Otro factor es la inflamación del conducto biliar o colangitis, y en ocasiones enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes también”, señala el Dr. Abdelrahim.
La aparición del colangiocarcinoma es más común en pacientes mayores de 50 o 60 años y debido a que se trata de unos de los tipos de cáncer más raros, las opciones de tratamiento son limitadas.
“En Estados Unidos, el promedio de casos de este tipo de cáncer es de 8 mil al año. Ciertamente es un cáncer agresivo y aunque sí tenemos opciones de tratamiento, estas son limitadas. En general, el pronóstico es como cualquier tipo de cáncer: si éste se diagnostica en etapa temprana, existirá un mejor pronóstico que con las etapas tardías”.
El experto en gastroenterología y oncología relata que, “este tipo de cáncer, en ciertos casos puede ser curable llevando a cabo la resección de éste o a través de un trasplante, el cual sólo se hace en el caso del colangiocarcinoma hiliar. Por lo tanto, si la detección se hace en etapa temprana, el cáncer puede curarse y tener buenos resultados. Sin embargo, en la mayoría de los casos, más de 2/3, se presentan en etapa avanzada y en esos casos el resultado es pobre y se tratan con opciones de tratamiento paliativo, que pueden incluir quimioterapia, inmunoterapia y radioterapia”.
El hecho de que las personas que presentan este tipo de cáncer lleguen en etapas tardías tiene que ver, en parte, porque detectar esta enfermedad puede ser complicado, “esta es una condición de salud donde a veces el diagnóstico puede ser un desafío debido a que, en ocasiones, es realmente difícil hacer una biopsia, además de que los síntomas pueden ser pasados por alto fácilmente”.
Para concluir, el Dr. Maen Abdelrahim, experto del Hospital Houston Methodist, comenta que, “la detección temprana es crucial en esta enfermedad y alentaría a la población general a ser consciente de ésta y reconocer los síntomas que pueden estar relacionados con la enfermedad”.