El cáncer de hueso es una de las neoplasias menos frecuentes, pero igual de mortal que el resto de los tumores malignos.
En la población adulta de México este tipo de cáncer no está catalogado dentro de las 20 principales enfermedades, sin embargo en niños de 0 a 17 años el cáncer de hueso y de cartílagos articulares tuvo una prevalencia de 0.33% en el 2016.
El osteosarcoma es el cáncer de hueso que se presenta con más frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Este tumor sucede normalmente en el brazo cerca del hombro y en la pierna, cerca de la rodilla, pero puede ocurrir en cualquier hueso, especialmente en adultos mayores. A menudo crece rápidamente y se disemina a otras partes del cuerpo, incluyendo a los pulmones.
El riesgo de osteosarcoma es mayor entre los niños y adolescentes de 10 a 19 años y los hombres tienen más probabilidad que las mujeres de presentarlo.
Cuando el tumor es benigno las células que lo forman no se extienden ni invaden a otros órganos; sin embargo, cuando se disemina y crece de forma acelerada puede catalogarse como maligno. Para clasificarlo se determina como primario -si se origina en los huesos-, o secundario (metástasico), cuando las células malignas provienen de órganos como pulmón, mama o próstata, entre otros.
El origen de esta neoplasia, como de otros tipos de cáncer se desconoce, pero estudios recientes han demostrado que la genética juega un papel importante.
Entre los signos y síntomas que presenta un paciente están:
- Dolor inusual o persistente en la articulación
- Dificultad para caminar
- Cambios en la coloración
- Aumento de tamaño de venas y arterias
Debido a su rareza, poco se conoce de esta neoplasia y, por lo tanto, hay pocas opciones de tratamiento, por ello, el Dr. Genaro Rico, jefe del servicio de tumores óseos del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), inició un protocolo de investigación con ácido acexámico granulado que actúa en el hueso estimulando los mediadores inflamatorios y de reparación de la colágena y las interlucinas, así como el aumento del aporte sanguíneo a la zona de reparación ósea. Favorece el microambiente y la migración de células al sitio de la lesión y acelera su reparación.
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