Actualmente vivimos una infección por sobreinformación y sobrecarga informativa individual y colectiva denominada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como infodemia, es decir, la sobreabundancia informativa falsa que se propaga rápidamente entre las personas, los medios y las redes sociales.
Pero ¿qué puede causar el exceso de información? La respuesta es miedo a la enfermedad, el cual puede ser peor que la enfermedad misma, así lo expuso Gabriela Martín del Campo, psicoterapeuta y Doctorante en Psicoanálisis de la Universidad Intercontinental (UIC), quien explicó qué sucede en nuestro cuerpo cuando el sistema de alerta se activa y no descansa y qué se puede hacer para aminorar el miedo y la sensación de ansiedad.
La especialista indicó que el cerebro vigila continuamente el medio externo e interno en busca de señales de peligro y cuando las detecta, sitúa al cuerpo en estado de alerta máxima y activa la respuesta de lucha, huida o paralización.
La inquietud percibida ahora es el virus SARS-CoV-2 y por asociación el distanciamiento social (“cuarentena”) y sus consecuencias. Como resultado, es posible que nos sintamos como si estuviéramos constantemente bajo ataque; es entonces cuando el hipotálamo, pequeña región en la base del cerebro, activa el sistema de alarma que incita a las glándulas suprarrenales, ubicadas encima de los riñones, a liberar una oleada de hormonas, entre ellas, la adrenalina y el cortisol.
La adrenalina eleva la frecuencia cardíaca, la presión arterial y los suministros de energía. El cortisol, la principal hormona del estrés, aumenta los azúcares (glucosa) en el torrente sanguíneo, altera las respuestas del sistema inmunitario y suprime el digestivo, el reproductor y los procesos de crecimiento.
El sistema de respuesta al estrés suele ser autolimitante. Una vez que el temor ha pasado, los niveles hormonales regresan a la normalidad. Pero cuando los factores estresantes están siempre presentes y nos sentimos constantemente atacados, esa reacción de pelear o huir permanece encendida.
La activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés y la sobreexposición al cortisol y otras hormonas que actúan en consecuencia, pueden interrumpir casi todos los procesos del cuerpo. Esto incrementa el riesgo de padecer problemas de salud.
La “vacuna” contra ese miedo puede conseguirse mediante las siguientes recomendaciones:
- Evitar la sobreinformación. No difundir noticias de manera indiscriminada. Comprobarlas y consultar fuentes oficiales y no hables constantemente del tema.
- Identificar pensamientos que generen malestar para entender cuáles “disparan” conductas disfuncionales; buscar evitarlos y quedarse en la “ventana de tolerancia”.
3. Reconocer las emociones y compartir la experiencia.
- Acudir a expertos en salud mental si se necesita ayuda o apoyo.
- Ejercitar la mente con actitud positiva.
- Tener un pensamiento adaptativo y flexible.
- Continuar rutinas, llevar a cabo hábitos de higiene y prevención sanitaria.
- Buscar espacios online de conexión con amigos y familia.
- Evitar conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede llevar a actuar de forma impulsiva.
- Ejercer auto compasión y empatía hacia los demás. Al estar limitados, los sentimientos están a flor de piel. Por ello es importante respirar y tomar un espacio para reflexionar.