El glioma es el tipo más común de tumor del cerebro que se origina en las células gliales, es un tumor primario y maligno, de éste existen cuatro tipos: el astrocitoma, el ependimoma, el oligodendroglioma y el glioblastoma, éste último, el más agresivo cuya incidencia es de 3.5 por cada 100 mil habitantes.
“Los síntomas son: dolor de cabeza, náuseas, vómito, confusión o disminución en la función cerebral, cambio de la personalidad, problemas de equilibrio, dificultad del habla y convulsiones, especialmente en personas sin antecedentes de convulsiones”, indicó Isabel Arrillaga-Romany, directora de investigación clínica, neuro-oncológica del Hospital General de Massachusetts, en conferencia virtual.
La especialista aseguró que se desconoce la causa exacta del origen de los gliomas, aunque se han identificado factores que pueden incrementar el riesgo de tumor cerebral como la edad, éstos son más comunes entre los 45 y 65 años; exposición a radiación, antecedentes familiares de glioma, aunque es raro que se presente en familias, pero tener un antecedente familiar puede duplicar el riesgo para desarrollarlos.
La especialista mencionó que algunos de los estudios que se realizan para detectar este tipo de tumores son las resonancias magnéticas, con el fin de poder ver la masa en el cerebro, aunque con ello no se saber qué tipo de cáncer que es.
“Desafortunadamente no hay cura y estos cánceres son letales invariablemente”, dijo y añadió que debido a ello, cuando el tumor regresa “las terapias experimentales son sumamente importantes”.
El tratamiento estándar es quirúrgico, la cual se ha sofisticado en los últimos años, como la posibilidad de tener un neuronavegador, el cual permite localizar la tumoración y sus límites; un mejor equipo neuroquirúrgico y la neurofisiología intraoperatoria. Después de la cirugía puede ser necesario radioterapia y/o quimioterapia, las cuales también han tenido avances en estos años.
Las probabilidades de vida de las personas con este tipo de tumores, en promedio es de 15 a 18 meses desde el momento que se inicia a tratamiento estándar, y sin éste se reduce a sólo un par de meses.
La doctora Isabel comenta que actualmente hay varios ensayos clínicos para el desarrollo de nuevas moléculas, gracias a que se conoce más sobre las mutaciones en IDH-1/IDH-2, presentes en gliomas II y III y en glioblastomas secundarios, pero no en los primarios.
Apuntó que actualmente hay estudios que brindan a los pacientes acceso a terapias experimentales y técnicas de tratamiento de vanguardia.