La pandemia por la COVID-19 ha derivado en un retraso de los esquemas de vacunación de 700 mil niños en el país, tan solo en el IMSS, debido a que los padres de familia no han llevado a los menores de edad a las Unidades de Medicina Familiar por temor al contagio. Son niños de cero a nueve años que podrían haber perdido una segunda o tercera dosis e inclusive, algún refuerzo.
Ante este escenario, profesionales de la salud hicieron un llamado a la población para optimizar, priorizar y recuperar los esquemas de vacunación en México a través de las medidas sanitarias necesarias para atender a la nueva normalidad por COVID-19, así como su importancia en la sociedad para evitar brotes de enfermedades inmunoprevenibles.
“La Ley General de Salud contempla que toda persona en territorio nacional tiene derecho a recibir de manera universal y gratuita las vacunas contenidas en el Programa de Vacunación Universal en cualquier dependencia de salud del sector público. Este hecho cobra especial relevancia en medio de una emergencia sanitaria como la que hoy vivimos ya que, de bajar la guardia, las muertes causadas por suspender o postergar la inmunización sistemática de los niños podrían ser mucho mayores que las provocadas por la COVID-19. Por ello, la participación de la población, en especial la de los padres, es un componente decisivo y determinante en el éxito de los programas de vacunación”, señaló la Dra. Carmen Espinosa Sotero, infectóloga pediatra y coordinadora de Internado Médico de Pregrado del Hospital General de México.
Por otra parte, el Dr. Cesar Martínez Longoria, profesor clínico del Hospital San José TecSalud del Tecnológico de Monterrey comentó que “es necesario que la población de México tome acción para vacunar a los niños y niñas, particularmente a los recién nacidos”.
“Una vacuna fundamental en este último grupo es la vacuna hexavalente que protege contra seis enfermedades: difteria, hepatitis B, tétanos, pertussis (tos ferina), poliomielitis y haemophilus influenzae tipo b (Hib), la cual debe ser aplicada en un esquema de cuatro dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad y un refuerzo a los 18 meses de edad” agregó el especialista.
Las campañas de vacunación siguen activas y las instituciones de salud han reforzado las medidas de seguridad dentro y fuera de las Unidades Médicas para evitar contagios por COVID-19, esto a través de módulos de vacunación alejados de pacientes con sintomatología respiratoria. Además de llevar a cabo las medidas de protección personal para los equipos de salud, brigadas y población derechohabiente: sana distancia, uso de cubrebocas, limpieza de manos con agua y jabón, o sanitización de manos con alcohol gel en actividades comunitarias.
A modo de cierre, la Dra. Karla Báez, directora de Acceso a la Innovación en la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) concluyó: “En el momento actual, encontrar una vacuna contra COVID-19 parece ocupar todos los reflectores, pero este objetivo no debe llevar a perder de vista la preservación de esfuerzos colectivos de vacunación que ha llevado décadas consolidar. Cada año las vacunas salvan 3 millones de vidas en el mundo y podríamos llegar a 1.5 millones más con mejores coberturas. Nuestro compromiso como industria farmacéutica es no solo investigar y desarrollar nuevas soluciones de vacunas, sino buscar los mecanismos para que quienes las necesitan tengan acceso a ellas”.
La vacunación es considerada como una de las intervenciones de salud pública más costo-efectivas en el mundo, solo después del acceso al agua potable, por ello debe haber continuidad en la vacunación.