“Los mexicanos tenemos una alta predisposición genética de diabetes que se suma a problemas de salud pública como sobrepeso y obesidad ocasionados por la mala alimentación y un estilo de vida sedentario; cuando conjuntamos estos factores estamos frente a una verdadera bomba de tiempo que perjudica el gasto en salud a nivel nacional”, señaló el Dr. Ricardo Correa, médico internista y jefe del Servicio de Nefrología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
En México se estima que al menos 12 millones de personas padecen diabetes; el doctor señaló que, de continuar esta cifra al alza, en 2025 el 15% de la población adulta desarrollará diabetes con una alta probabilidad a complicar su salud renal.
Actualmente, el 44% de los pacientes con diabetes en nuestro país ha desarrollado enfermedad renal crónica, con alta incidencia a requerir diálisis para atender esta afección.
El doctor indicó en la conferencia de prensa “Innovaciones médicas para el cuidado integral de pacientes con diabetes”, que la enfermedad renal crónica ha tenido un crecimiento sostenido debido a la alta prevalencia de diabetes y a el incremento de los casos de obesidad en nuestro país. Comentó que este padecimiento tienes cinco estadios y es el número cinco de la clasificación en donde se encuentran los pacientes con enfermedad renal que están en diálisis.
El doctor Correa aseveró que las enfermedades cardiacas y la diabetes mellitus tipo 2, son las principales causas de muerte en nuestro país, siendo la diabetes la de mayor carga económica para el gobierno, ya que representa más del 2.5% del Producto Interno Bruto, de acuerdo con datos de FUNSALUD. Por ello recomendó la detección temprana del padecimiento metabólico.
Por su parte, el doctor Héctor Sánchez Mijangos, destacó que actualmente uno de cada dos pacientes con diabetes tipo 2 tiene como complicación una enfermedad renal crónica, por lo que era urgente encontrar opciones de tratamiento eficaces para evitar llegar a este punto.
El doctor Sánchez mencionó que actualmente se cuenta con el fármaco Canagliflozina de Janssen, compañía farmacéutica de Johnson & Johnson, el cual ha demostrado, de acuerdo con el estudio CREDENCE, que este medicamento ofrece buenos resultados, ofrece una reducción del 30% en el riesgo de enfermedad renal terminal, así como empeoramiento de la función renal y la muerte por esta causa o por un evento cardiovascular. Y una reducción de 39% sobre el riesgo de hospitalización por insuficiencia cardiaca.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) aprobó una nueva indicación para Canagliflozina para reducir el riesgo de enfermedad renal crónica (ERC) en etapa terminal o empeoramiento de la función renal, en pacientes con diabetes tipo 2.
De acuerdo con estudios realizados, el principio activo de este medicamento, en pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica retrasaría en promedio 15 años la llegada a diálisis o trasplante renal, una de las complicaciones más costosas de la diabetes que podría provocar discapacidad y muerte prematura.
Aseguró que este medicamento tiene un efecto cardio protector, favorece la dinámica del riñón, controla la glucosa, el peso, reduce la inflamación y favorece la pérdida de glucosa y de sal por la orina, además de ayudar a detener el deterioro de la estructura de dicho órgano.
El especialista añadió que “como especialistas nuestra prioridad es evitar que el paciente desarrolle cualquier tipo de complicaciones, por lo que la detección temprana, los estilos de vida saludables y el control estricto de la enfermedad, pueden ayudar a que los pacientes no terminen en una insuficiencia renal; hoy agradecemos que los avances en investigaciones estén produciendo nuevas alternativas que nos ayuden a brindar una mejor calidad de vida a los pacientes”.
Ambos especialistas coincidieron en que este tratamiento debe combinarse con ejercicio y dieta que contribuya a disminuir los niveles de glucosa en la sangre y en que este medicamento no está indicado para pacientes menores de 18 años, ni personas con diabetes tipo 1 o con enfermedad renal sin diabetes, así como mantener controlada la presión arterial, la segunda causa de insuficiencia renal crónica.
“Sabemos que millones de pacientes con diabetes en todo el mundo tienen nefropatía y es muy probable que casi la mitad de ellos ni siquiera lo sepan; queremos evitar que el progreso de la enfermedad lleve a una diálisis o una muerte prematura, por ello, nos da gusto saber que los estudios han dado resultados para poder retrasar la progresión de la enfermedad”, destacó el doctor Sánchez.