minientrada ¡No te comas tus sentimientos!

Todos hemos sido culpables de “comernos nuestros sentimientos”, y cuando las emociones sobrepasan nuestro control es cuando  se recurre a la comida en busca de consuelo. Y con justa razón, porque comer es un comportamiento satisfactorio. Existe esta tendencia de lidiar con el estrés o las emociones a través de los alimentos, lo cual sabemos que no es saludable, ni física ni mentalmente.

“Uno de los problemas con la alimentación emocional es que afecta tu rendimiento físico. Comer en exceso puede reducir tu nivel de energía, causar dolores de cabeza y, en general, conlleva al aumento de peso”, dice Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist.

“El otro problema es que comer no funciona para resolver las emociones incómodas. Si bien existen muchos consejos y trucos relacionados con la alimentación, para ayudar a combatir el comer por razones emocionales, debemos reflexionar que hay una razón por la que estas reglas o trucos restrictivos con la comida no funcionan para todos”, explica Kilpatrick.

¿Por qué las reglas de restricción alimentaria no siempre resuelven el problema de la alimentación emocional?
Según la especialista, las dos razones principales por las cuales la alimentación emocional con reglas alimentarias restrictivas no funciona para la mayoría de las personas son:

1. Se basa en que tu comportamiento se debe a una falta de autocontrol percibida
2. Estás usando una “solución” con alimentos para combatir un problema emocional

Al hablar de alimentación emocional es importante aclarar que el hábito de comer tampoco suele ser el problema, porque comer es la naturaleza humana. Querer comida reconfortante es parte de la naturaleza humana. En cambio, el problema real es la emoción incómoda que sientes y que hace que recurras a la comida como “supuesto” mecanismo de supervivencia.
“A menos que te centres en la emoción subyacente que te hace comer y la enfrentes, continuarás luchando por controlar la alimentación por razones emocionales”, dice la nutrióloga del Hospital Houston Methodist.

Procesar las emociones es un trabajo duro, especialmente durante momentos estresantes, y ni hablar cuando nos encontramos en situaciones como la actual pandemia, a las que no estamos acostumbrados a saber cómo reaccionar. Y es aquí, cuando recurrimos a la comida para controlar las emociones.

Los dos principios para superar la alimentación emocional:

1. Reconoce el comportamiento sin juzgarte a ti mismo
El primer paso para abordar eficazmente la alimentación emocional es simplemente reconocer que lo estás haciendo.

A medida que das el paso para reconocer que estás comiendo para controlar las emociones, Kilpatrick recomienda recordarte a ti mismo: soy un ser humano que está pasando por algo muy estresante y lo estoy afrontando de una manera muy humana.

2. Encuentra una solución emocional a tu problema emocional
Para ir más allá de la alimentación emocional, necesitas sentir y reflexionar sobre tu propia emoción y encontrar una solución productiva para resolverla.

Las principales emociones y recomendaciones para resolverlas:

Estrés: ejercicios de respiración, meditación o encontrar un lugar tranquilo para pasear
Soledad: envía mensajes de texto, haz llamadas o videollamadas con un amigo o un ser querido
Tristeza: haz una lista de las cosas por las que estás agradecido
Aburrimiento: termina un proyecto, mira una película o lee un libro
Ansiedad: acude a un amigo de confianza, pasa tiempo con tu mascota o considera comunicarte con un consejero o terapeuta.

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