minientrada El impacto de la COVID-19 en personas con discapacidad

Las personas con discapacidades se han enfrentado a muchas barreras a lo largo de la pandemia por COVID-19, dado que este segmento de la población particularmente vulnerable, abarca una variedad de condiciones y deficiencias.

Ellos pueden correr un riesgo potencialmente mayor de contraer el virus debido a condiciones subyacentes, tener dificultades para adoptar medidas preventivas o tener interrupciones en los servicios de salud de los que normalmente dependen, señala Zary Amirhosseini, MEd, gerente del programa de discapacidades de Massachusetts General Hospital.

El especialista analiza el impacto de la pandemia en las personas con discapacidades, así como los consejos para que tanto los individuos como los cuidadores se mantengan seguros.

Los grandes desafíos

A lo largo de la pandemia, la vida cotidiana y el acceso a la atención médica ha empeorado para las personas con discapacidades.

“Todos hemos escuchado las noticias sobre la mayor tasa de mortalidad de las personas con trastornos del desarrollo y discapacidades intelectuales, los veteranos y las poblaciones de edad avanzada que viven en hogares o en residencias de ancianos”, dice Amirhosseini.

Algunos de los desafíos únicos que muchos individuos con discapacidades están enfrentando en medio de la pandemia del COVID-19 incluyen:

  • Incapacidad de usar mascarillas debido a los riesgos de salud: Algunos individuos pueden no ser capaces de usar una mascarilla quirúrgica o de procedimiento estándar debido a una discapacidad o condición médica.

Por ejemplo: cuando la mascarilla facial afecta la capacidad de una persona para respirar,  empeora los síntomas relacionados con el trastorno de estrés postraumático; provoca una sobrecarga sensorial, sensaciones de pánico o ansiedad extrema y origina una barrera de comunicación al impedir la lectura de los labios.

Nadie está obligado a usar una mascarilla facial o un tapabocas en una situación que cree es un riesgo para la salud o que no sea segura.

  • Tener que cumplir las políticas de visitas de salud que excluyen a las personas de apoyo: En todo el territorio de los Estados Unidos hubo al comienzo de la pandemia, una incoherencia en la aplicación de las políticas que permitían que las personas de apoyo acompañaran a los pacientes con discapacidades.

Como resultado, a muchos se les ha negado la atención o pueden haber experimentado los efectos adversos de no tener a su persona de apoyo con ellos

  • Inaccesibilidad a través de herramientas de telesalud: Para las personas ciegas o con problemas de visión, las herramientas de telesalud pueden no ser compatibles con ciertos programas como los lectores de pantalla.

Para las personas con retrasos cognitivos, las herramientas pueden ser difíciles de navegar; para los individuos sordos o con problemas de audición, el acceso a la información a través de intérpretes de Lenguaje de Signos Americano (ASL) y/o subtítulos puede no estar disponible si no se acuerda con anticipación.

  • Consecuencias negativas derivadas del distanciamiento social: Si bien la regla de oro durante la pandemia ha sido limitar la interacción con los demás en la medida de lo posible, esto puede resultar difícil para quienes necesitan asistencia adicional o requieren un cuidador.

Para quienes tienen discapacidades físicas y sensoriales que buscan alojamiento y para quienes tienen problemas de salud mental que luchan en aislamiento.

  • La falta de acceso a las pruebas del COVID-19 y sitios donde se realizan las mismas: Particularmente para aquellos que están confinados en casa y/o no pueden viajar independientemente, adquirir un transporte seguro hacia y desde un sitio de pruebas puede ser casi imposible.

Necesario mantener el protocolo de la pandemia

Para que las personas que viven con discapacidades puedan mitigar los riesgos de salud, es fundamental seguir el protocolo de la pandemia. Los dispositivos de ayuda a la movilidad, como andadores y sillas de ruedas y cualquier otro tipo de dispositivos de asistencia, deben desinfectarse regularmente, en particular cuando se utilizan fuera del hogar.

Además, hay que limpiar las superficies de alto contacto, los teléfonos y otros aparatos, y hacer del lavado de manos una prioridad. Las personas con discapacidad también deben pedir a los cuidadores que se laven las manos o que usen un desinfectante de manos antes de tocarlas o dar asistencia.

Contratar asistentes personales calificados para ayudar con las actividades de la vida diaria puede ser más difícil durante la pandemia del COVID-19.

Necesaria la comunicación

Para las personas sordas o con problemas de audición, neurodiversas o en el espectro del autismo y más, puede ser un desafío comunicarse con los proveedores de atención médica que usan mascarillas. En los entornos de atención de la salud, estos individuos pueden solicitar:

  • Que el personal use mascarillas transparentes, para que puedan leer los labios y ver los gestos faciales
  • El uso de los potenciadores de la audición
  • Acceso a un dispositivo electrónico junto a la cama para mejorar la comunicación con los proveedores de atención de la salud y familiares.
  • El uso de mascarillas alternativas si no pueden tolerar las mascarillas normales del hospital.

Apoyo personal o de animales de servicio

Los pacientes con discapacidades pueden necesitar llevar a su persona de apoyo y/o animal de servicio a sus consultas e ingresos en el hospital. El paciente debe notificar al hospital antes de las consultas y admisiones.

 

Fotos: Pixabay

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