A tan solo semanas de detectarse los primeros casos de COVID-19 en Wuhan, China, se dio a conocer la secuencia del genoma del nuevo coronavirus (conformado por 30 mil bases químicas), información que contribuyó a la aplicación de métodos de diagnóstico y al desarrollo de vacunas, pero también hizo notar la importancia de la ciencia para contender a pandemias como la actual.
De acuerdo con Alfredo Herrera Estrella, director de la Unidad de Genómica Avanzada (UGA-Langebio) del Cinvestav, en un inicio la secuenciación del material genético del SARS-CoV-2 hizo posible saber que se trataba de un coronavirus diferente de otros capaces de infectar al humano.
Después, conforme se descifró la secuencia de más genomas virales provenientes de muestras de personas diagnosticadas como positivas a COVID-19, se establecieron estrategias para vigilar las variantes del virus que circulan en el mundo y tratar de disminuir los contagios, agregó Herrera Estrella.
La investigación genómica ha jugado un papel relevante ante la situación de salud mundial, diversos centros de investigación reconvirtieron sus instalaciones a fin de identificar los fragmentos del genoma del virus que podían servir como marcadores y diagnosticar la infección.
Esto dio lugar a la aplicación de la prueba molecular conocida como reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR, por sus siglas en inglés), para detectar la presencia de segmentos específicos del genoma del nuevo coronavirus en una muestra proveniente de un individuo infectado.
También se han adaptado técnicas para secuenciar al nuevo coronavirus, es el caso de la secuenciación de una sola hebra (fragmentos grandes de ADN), con la cual se obtiene el genoma completo e incluso sirve al determinar si hay dos versiones del virus en una muestra.
Algo que ha tenido gran impulso en fechas recientes es el uso de la técnica PCR en tiempo real (RT-qPCR, por sus siglas en inglés) para detectar al virus y determinar la carga viral del paciente, ya que posee alta especificidad y amplio rango de detección de secuencias genéticas específicas, además de que los resultados son arrojados conforme avanza el proceso y no hasta el final, como sucede con la RT-PCR convencional.
Si bien las ciencias genómicas aportan conocimiento útil en la resolución de problemas de salud, la pandemia por el nuevo coronavirus evidenció la relevancia de esta área para enfrentar enfermedades causadas por patógenos, en especial emergentes, dijo el investigador.
En este sentido, Rosa María del Ángel, adscrita al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, destacó que la rapidez con la que se obtuvo la secuencia del genoma del nuevo coronavirus permitió acelerar el desarrollo de vacunas contra covid-19, en especial de las basadas en ácidos nucleicos (ADN o ARN, moléculas portadoras de las instrucciones genéticas), que por primera vez fueron autorizadas para su uso en humanos.
Una de las ventajas de la tecnología de ácidos nucleicos, estudiada desde hace décadas, es que si se conoce la secuencia encargada de producir la proteína que despierta la respuesta inmune, en este caso la espiga (ubicada en la superficie del virus), es posible reproducir dicho fragmento en el laboratorio en un corto tiempo.
La experiencia recopilada durante esta pandemia será importante en los próximos años ya que las vacunas contra otros padecimientos podrán ser producidas o mejoradas con esta tecnología y los tiempos de fabricación reducidos, mencionó Rosa María del Ángel.
Otro aspecto a destacar es que las tres fases de los ensayos clínicos de las vacunas contra cOVID-19 se llevaron a cabo de manera simultánea, y respecto de las de ARN, los datos demostraron que son seguras.
Lo que sería necesario evaluar en el futuro cercano es qué tanta respuesta inmunológica ante el antígeno empleado, ya sea para COVID-19 u otras enfermedades, se presenta con las vacunas basadas en ácidos nucleicos.
“En medio de la emergencia de salud, el conocimiento científico acerca del nuevo coronavirus ha permitido que médicos, autoridades de salud y la población en general cuenten con información de las características del virus, cómo está cambiando, cuáles son los mejores tratamientos o los métodos de diagnóstico”, mencionó Rosa María del Ángel.
Fotos: Cortesía Cinvestav
Así, la pandemia por el nuevo coronavirus dejó en claro que de enfrentar una situación similar en próximos años los países que inviertan en ciencia y tecnología estarán mejor preparados, finalizó