La Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés) y RTI Internacional -instituto de investigación independiente- realizaron un estudio piloto que fue publicado en la revista BMJ Global Health, en el cual se estima que el impacto económico de la obesidad en México durante 2019 fue del 2.1% del PIB anual y se proyecta que podría incrementar hasta en un 4.67% para el 2060 si no se toman medidas urgentes en todos los niveles de la sociedad.
El estudio piloto, que se llevó a cabo en ocho países en 2019, descubrió que un índice de masa corporal (IMC) elevado tuvo gran impacto económico. Los resultados fueron calculados tomando en cuenta los costos directos, como los de atención a la salud y los asociados al desplazamiento para buscar asistencia, así como los costos indirectos relacionados con la mortalidad prematura y el ausentismo laboral. Se comprobó que los costos indirectos representan el 65% del impacto total.
De acuerdo con los resultados, la obesidad le costó a México 26 mil millones de dólares, que equivale al 2.1% del PIB, es decir, 204 dólares per cápita. Para el 2060 se proyecta que los costos aumenten a 159.99 mil millones de dólares, lo que representaría 4.67% del PIB.
Otras naciones como Brasil tuvieron costos por 39 mil millones de dórales (2.1% del PIB); Arabia Saudita por 19 mil millones de dólares (2.4% del PIB); y Australia por 24 mil millones de dólares (1.7% del PIB).
Ante este panorama, la Sociedad Mexicana de Obesidad (SMO) explica que la nueva evidencia no debe utilizarse para estigmatizar aún más a las personas que viven con obesidad, sino que debe ser un catalizador que impulse el cambio hacia el reconocimiento y abordaje de raíces de esta enfermedad.
El estudio refuerza el conocimiento de las causas de la raíz del sobrepeso y la obesidad; una enfermedad crónica, recidivante y progresiva con la que viven 800 millones de personas y que aumenta rápidamente en los países con ingresos bajos y medios.
“Tenemos un mensaje importante para los líderes gubernamentales, las instituciones médicas, los profesionales de la salud, los educadores, los pacientes y los medios de comunicación: todos debemos actuar articuladamente bajo una misma visión y estrategia para tratar a las personas que viven con obesidad, porque invertir y priorizar hoy, beneficiará a todos mañana”, expresó la Dra. Johanna Ralston, CEO de la Federación Mundial de Obesidad (WOF).
A pesar de la magnitud de la crisis global de salud pública que representa esta enfermedad, las estrategias existentes frente a la obesidad suelen centrarse únicamente en el individuo y no abordan los factores sociales, biológicos y ambientales responsables del aumento en los niveles de obesidad, como la genética, la falta de acceso a sistemas alimentarios saludables y la comercialización agresiva. Al ampliar la evidencia para examinar el impacto económico nacional, los autores esperan que se produzca un cambio real.
“Sabemos que las personas que viven con obesidad corren un mayor riesgo de enfermedad y muerte, algo que la pandemia de COVID-19 ha dejado desgraciadamente muy claro”, comentó Rachel Nugent, vicepresidenta de Enfermedades Mundiales No Transmisibles de RTI.
Antes que se publique el informe completo en la primavera de 2022 que incluirá a140 países, la Federación Mundial de Obesidad (WOF) y RTI hacen un llamado para que se apliquen políticas basadas en evidencia que apoyen a las poblaciones de todo el mundo a llevar una vida más saludable. Estas políticas deben abordar la prevención, el tratamiento y la gestión del sobrepeso y la obesidad, centrándose en la creación de ambientes saludables.
“Para progresar será necesario que todos los sectores de la sociedad, incluidos gobiernos, profesionales de la salud, educadores, fabricantes de alimentos, industria farmacéutica y los pacientes trabajemos juntos. De ahora en adelante deben desarrollarse, probarse y aplicarse estrategias de prevención en el sobrepeso y la obesidad en todas las etapas de la vida, desde antes de la concepción, pasando por la infancia y hasta la edad avanzada. Los profesionales de la salud tenemos un importante papel que desempeñar y debemos tener acceso a la educación y a la formación en materia de obesidad”, dijo el Dr. Ricardo Luna.
El estudio también es optimista en cuanto a la posibilidad de revertir esta tendencia. Los autores constataron que el mantenimiento o la reducción de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad pueden disminuir las repercusiones económicas en el futuro.
Conclusiones principales del estudio:
- Se encontró un impacto económico significativo de la obesidad independientemente del nivel de ingresos y la geografía. El estudio completo abarcó Australia, Brasil, India, México, Arabia Saudita, Sudáfrica, España y Tailandia.
- Las diferencias en el impacto económico entre países se deben a la prevalencia, la mortalidad atribuible, la fuerza económica, las diferencias salariales, las tasas de empleo, el gasto sanitario nacional y la distribución por edades de la mortalidad atribuible a la obesidad.
- El aumento previsto del impacto económico hasta 2060 se debe al incremento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, a los cambios en la población y al crecimiento económico.