Como parte de la campaña Diciembre Seguro, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa) recomienda a las familias extremar precauciones porque en esta época se incrementan los accidentes por quemaduras en infantes, ya sea con agua o café muy caliente, el ponche, algún alimento hirviendo en la cocina, con juegos pirotécnicos e inclusive con fogatas.
De acuerdo con el doctor Ramiro García López, coordinador de la Unidad de Quemados del Hospital Pediátrico de Tacubaya, en esta época decembrina se incrementan hasta en 25% las quemaduras en los menores de edad, siendo las más comunes las escaldaduras, grupo de lesiones que involucra todos los líquidos calientes. Los meses de mayor impacto son las fiestas de septiembre y de diciembre.
La Unidad de Quemados del Hospital Pediátrico de Tacubaya atiende anualmente en promedio de mil 500 niños con quemaduras de todos los grados.
García López hace un llamado a los padres de familia para que los niños no estén alrededor de las áreas donde hay agua caliente, ponche, pozole, todo lo que pueda ser tradicional en esta temporada de fiestas, debido a que es un factor de riesgo, por lo que se debe extremar precauciones para evitar accidentes fatales.
La doctora Laura Munguía Martínez, directora del Hospital Pediátrico de Tacubaya, informó que en lo que va del año se han atendido en consulta externa a mil 240 pequeños, principalmente provenientes de los estados vecinos de Morelos, Estado de México, Querétaro, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y hasta de Zacatecas.
Además, que el promedio de estancia hospitalaria es de acuerdo con el porcentaje de quemadura, pero en lo general son de 11 días y los más afectados son los niños preescolares, o sea menores de 6 años y los más frecuentes entre 2 a 3 años.
La doctora Munguía enfatizó que el Hospital Pediátrico de Tacubaya está compuesto por un equipo multidisciplinario: Pediatras, Intensivistas Pediatras, Cirujanos Plásticos, Medicina Física y de Rehabilitación, Enfermeras, Psicología, Infectólogo, Anestesiólogo, Trabajo Social, Laboratorio y Rayos X.
Se debe mencionar que las quemaduras de primer grado dañan la capa exterior de la piel (epidermis). Estas quemaduras suelen sanar por sí solas en una semana. Un ejemplo frecuente son las quemaduras del sol.
Las quemaduras de segundo grado no solo dañan la capa exterior de la piel, sino también la capa por debajo de esta (dermis). Es posible que estas quemaduras necesiten injertos de piel (piel natural o artificial para cubrir y proteger el cuerpo mientras sana), y pueden dejar cicatrices.
Las quemaduras de tercer grado dañan o destruyen completamente ambas capas de la piel, incluso los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, así como los tejidos subyacentes. Estas quemaduras siempre necesitan injertos de piel.
Finalmente, las quemaduras de cuarto grado se extienden al tejido adiposo, dañan los huesos, los músculos y los tendones subyacentes. No hay sensación en la zona, ya que las terminales nerviosas han sido destruidas.
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